miércoles, 7 de mayo de 2008

·· Baquedano, combinacion... ··

Mi andar se entremezcla con el tiempo, huyo de un acto que se hace pasado con cada paso que doy, el tiempo es intrascendente cuando se trata de no recordar, debe ser como si nada hubiese sucedido…
Me hallo parada frente a una escalera que, parece tan amplia como mi sandez por no querer bajarla, es un agotamiento complementado entre los recuerdos que tanto me costaron cosechar y saber que después de bajar esta escalera, quedaran atrás…
Ella, cuando yo partía me dijo: “¡atrévete!” y entre mí, pensé “para qué”.
Arribé al andén y vi a toda esa gente exhausta, como yo...

Frente a frente a la línea del metro, a dónde ir. Hasta la decisión más simple parece tan ardua. Visualizo hacia ambos lados por sobre mis hombros, he decidido tomar mi derecha. Camino cerca de la gente y busco algo que jamás se me ha perdido. Altiva, arrogante y orgullosa me ubico frente a un hombre…
Él me observa...
Mis hombros descubiertos se excitan por su contemplación, mi presencia se siente una nimiedad ante su mirada imponente, busca mis ojos, como si por oficio pudiese entender que me aviva, miro hacia una nada y simulo preocuparme por algo. Todavía no sé como es, sólo he observado a mi alrededor, para aparentar desinterés, aunque me urge conocer su rostro. Saber quien se arriesga a mirar tan atrevidamente.
Viene el metro… “volver a la realidad” pienso.
Asciendo buscando un lugar cómodo, me ubico en el pasillo y trato de encontrarlo, siempre simulando que no está.
Ahí está, a un lado de la puerta, cerca de la ventana es igual a la fantasía que antes habia imaginado de esto, sus ojos y piel tan distintos a lo mio, su cabello oscuro y su mirada… tan profunda.
Su interes en mi persona y Su ser ajeno, me hace recapacitar pensando que seduzco a un desconocido, sin hacer nada.
parque bustamente, santa isabel, irarrázabal, ñuble, etc. Y se está dando por vencido, parece que lo he frustado y me arrepiento de no tener el valor de hablarle.
estamos llegando a vicente valdes y no me habla, creo que hasta aqui llego nuestro encuentro y será otro jugueteo en vano, sin aventura alguna.
Desciendo del metro y camino por el anden tratando no perderlo de vista, ha subido por las escaleras y yo me he subido a una mecánica... "ya no hay vuelta atras, perdimos" pienso.
¿que perdemos? no lo sé, a lo mejor yo soy la unica que esta perdiendo la oportunidad de arriesgarse y atreverse.
me encuentro parada en el anden de la línea 4 direccion "mi casa" y no lo veo...
ahi esta a unos pasos de mi, ya no me mira, se dio por vencido, talvez deberia haber dado una señal de interes... y si le hablo yo, si le sonrio...
ascendimos al metro por diferentes puertas, estamos separados por los vagones que se encuentran unidos por un mecanismo, que me deja avanzar hacia el, pero tengo miedo y si no me toma encuenta, si no me queria saludar, si era sólo un juego para él.
Rojas magallanes, Trinidad, los Quillayes; te preparas para bajar del metro, te veo salir, suena la alarma que anuncia que las puertas se cerraran, me dispongo a salir, estoy fuera del metro, camino detras de ti, no pieso nada, tomo tu brazo y digo "Hola".
mi corazon se angustia, todavia no dices nada.
sonreiste y dijiste, "pense hablarte, pero tuve miedo", luego me saludaste, te presentaste.
(Ella cuando yo partía me dijo: “¡atrévete!” y entre mí, pensé “para qué”.)

1 comentario:

Pumpi dijo...

¡Amiga! ¿Esa historia fue real? Yo nunca tuve el valor de acercarme... en fin, cosas que pasan y que sólo Dios sabe por qué.
Besitos, cuódate y salúdame cuando me veas en MSN.