viernes, 26 de diciembre de 2008

Un delfín suave...


Volver a crear, inspirarse, soñar, reír, caminar, conocer... partir.
No me iré a ninguna parte, aún no por lo menos... las movilizaciones son constantes en nuestra vida, aprendiendo a viajar se llama ahora el nuevo ritual, sin saber a donde llegaras.
Los errores se marcan a fin de año... entre los podría y debería haber hecho tal cosa, ya es demasiado tarde.
Había dejado de escribir... de soñar, eran tiempos difíciles... aún lo son... y creo que siempre lo serán, tal vez la forma de vivir es la que implica si son o no fáciles las vidorrias, estoy casi tranquila... mis logros y mis fracasos ya no pesan a estas alturas, la resiliencia me acompaña.
Todo será más fácil cuando cruces el río, el puente, la carretera... que mal concepto de la vida!!
Nada es más fácil al llegar a la meta, pues, ya no hay nada. Si no te detienes a contemplar el camino, nunca avanzaste, pues te quedaste detenido en tus limitaciones todo el tiempo.... OH querido sur, norte, este y oeste! no me dejes nunca.


Hoy soñé...
soñé que volaba por encima de las nubes..
Abrazaba delfines y escupía a los tiburones...
el mar y el cielo se juntaban y saltaba de espuma en espuma...
soñé que era una sirena...
una ninfula del bosque marítimo...
soñé que volaba por fin o mejor dicho...
flotaba.
Desperté en la lluvia de mis ojos, temblorosa, sin sentido...
los labios pegados y la sangre fluyendo, tal vez era muerta ó quizás simplemente jamás desperté,
viajé en mis sueños a tu sueño... y desperté agotada, no dominé a mi espíritu y partí.
Hoy he vuelto... para flotar sobre el todo y la nada...
para sentir cada espectro que nos susurre.

Mi sueño se llenaba de sonrisas, uñas pintadas de rojo, labios mojados, ropa húmeda.
Querido mío, querido sueño. Aún desconfío de las plegarias,
¿responderás a través de sueños llenos de luna y sol?
yo no quiero respuestas, pues preguntas jamás te hice, sólo las plegarias y sus travesías.

Traviesa como siempre, me acurruqué en un sauce, que lamentaba su existencia por no poder moverse. OH! árboles, OH! Plantas, tan desdichadas de su existencia, jamás pidieron vivir y aun así desconformes, deben secarse donde mismo han nacido.

Retiré mi ropa del santuario... me vestí de flores y abrasé la corteza...
la sabia me abrazó y lavó mis recovecos... luego limpia, me invitó a ensuciarme de la mortalidad y cuando yo trate de resistir, una rama me empujó hacía el centro del mar donde desperté luego en mi cama.

El delfín suave quedó registrado en mi memoria, textura, sabor que sé yo...
aún vuelve por las noches a despertarme, me pide que lo ayude a volver al mar.
Pero yo no sé cual es el camino.
Vanessa Martínez

1 comentario:

Lain dijo...

lo sublime de tus palabras me llevan a lugares poco visitados, aun asi un poco explicitas para mi gusto, pero me gusta, a pesar que en ese entonces solo tenias 18 creo ..
la fluides de tus manos en un teclado cautivan desde un insolito lugar desconocido, el te encontrara a ti mas que yo a el, un poco extraordinario seria .. pero aun asi me apego a la idea insolita de poder conocernos, no como tu si no como aquella que se dio el tiempo de sentir el mundo diferente .. me agrada tu mascara